En Iztapalapa y junto al Exconvento de San Juan Evangelista construido en el Siglo XVI, al suroeste de la Ciudad de México, está el predio El Tanque, que sirvió de manantial y embarcadero prehispánico, cuando las embarcaciones circulaban por la hoy avenida Tláhuac.
La vegetación de ahuejotes remarca el sentido lineal y ortogonal.
La dirección del Centro Comunitario Culhuacán y el INAH dispusieron adaptarlo y convertirlo en un parque histórico-arqueológico que expusiera vivamente la historia lacustre de esta parte de la Ciudad de México.
El esquema de composición rectangular refuerza la orientación y estructura del convento. La vegetación de ahuejotes remarca el sentido lineal y ortogonal. Se trata de un espacio de piedra y agua, verdadero oasis de reposo. Al suroriente se ubicó un teatro al aire libre para 250 personas con gradas y piso de piedra braza y laja. Al centro se recrean el estanque y el embarcadero, dejando una circulación perimetral a los lados del muro arqueológico. Ahí se localiza una pila con caída de agua para la que se usó una gárgola rescatada de la excavación arqueológica, señalando así el manantial. Andadores y plazoletas combinan texturas de piedra braza, piedra bola de río y tapetes rectangulares de rajuela de piedra volcánica.