1.25 km/l de intervención de calles
Aunque el Municipio de San Pedro Garza García se fundó en 1596; -erigiéndose como Villa en 1882-; pocos tenían claro del valor histórico y monumental de su Casco Histórico. El proyecto, comandado por la Presidencia Municipal y sus vecinos se volcaron a la tarea de rehabilitar su patrimonio urbano mediante un análisis cuidadoso y multi-objetival., desarrollado a partir de un diagnóstico ampliamente concensuado.
La Plaza y Jardín Juárez, es el principal espacio de carácter público del municipio: con vocación cívica y contemplativa donde se realizan eventos, desfiles, fiestas patrias, peregrinaciones, ferias de pueblo, entre otros. En lo contemplativo están aspectos como encuentro, descanso y estar. Sin embargo, alrededor de la plaza había una excesivo espacio destinado al automóvil en circulaciones y estacionamientos. La Presidencia Municipal se encuentra en una esquina. Aunque la Plaza presentaba un adecuado mantenimiento y operación, concentraba diversas problemáticas de accesibilidad dada la presencia de escalones y diferencias de nivel, problemas de ubicación de mobiliario urbano, presencia de árboles secos y enfermos; jardinería inadecuada y de alto mantenimiento, y banquetas angostas en sus perímetros. En suma, la Plaza Juárez no se utilizaba cotidianamente, siendo simplemente un espacio de tránsito vehícular y peatonal de cruce.
Por otro lado, el Parque Nemesio García Naranjo, es un espacio de carácter recreativo y de ocio, el cual se encontraba subutilizado por la falta de elementos para atraer diversas actividades como juegos infantiles, bancas y mesas para picnic; recreación para jóvenes o lugares y actividades para adultos mayores. Presentaba fuentes secas y vacías, y un kiosco reciente, mal adaptado a biblioteca.
A pesar de lo anterior, tanto la Plaza Juárez como el Parque Naranjo, presentaban un gran potencial ya que cuentan con ambientes agradables por la existencia de árboles de gran porte así como por el valor patrimonial que representan.
En el caso de las calles, dado que existen equipamiento y servicios municipales sobre las aceras, los peatones y transeúntes que usan a diario estas calles tenían que optar en algunos tramos en transitar en el arroyo vehicular, ya que la movilidad era de difícil recorrido y accesibilidad universal, debido a obstáculos como desniveles, escalones, rampas con pendientes inadecuadas, postes de luz y teléfono, así como mobiliario urbano improvisado convirtiéndolo en un recorrido que no invitaba al tránsito peatonal.
Otra de las problemáticas era la saturación de elementos de infraestructura aérea y la priorización del automóvil en el espacio de estacionamiento en la calle. Por último, la
ausencia total de árboles, y cubrepisos en las calles, producía ambientes extremadamente calurosos y ausentes de atractivo.
“Intervenir el Patrimonio en un equilibrio de diálogo y respeto para que pueda seguir viviendo…”
Síntesis del Proyecto
1. Concebir al peatón y no al automovil como actor principal del entorno urbano. En especial, la accesibilidad y movilidad peatonal de comunidades vulnerables: tercera edad; capacidades diferentes; infantes y bebés en carriolas; ampliando banquetas y cruces seguros, rampas, retiro de postes y guardacantones. La intervención fue para inducir a los residentes y visitantes a caminar en forma segura y cómoda; generando una ciudad caminable. En lo ambiental se plantaron árboles a lo largo de banquetas para generar sombras, disminuyendo las temperaturas extremas de Monterrey, se colocaron bancas en banquetas, frente a negocios y zonas arboladas.
2. Mejorar sustancialmente los dos espacios públicos principales: rediseñando el Parque García Naranjo, con juegos infantiles especiales, ejercicio para jóvenes, y un kiosko-anfiteatro. Un remanso sombreado y jardinado para todas las edades, de encuentro y descanso. En particular se diseñó un kiosko-anfiteatro nuevo, atractivo, de forma elíptica y de un color verde brillante para realizar conciertos y bailes, reuniones vecinales y eventos culturales.
En lo ambiental, se hicieron intervenciones fitosanitarias al arbolado, al rediseño hídrico y a la plantación de especies arbustivas y rastreras, que ejercen la sensación de un jardín público exhuberante.
La Plaza Juárez conservó su carácter cívico-tradicional; rediseñándola con parterres ajardinados, espacios íntimos de estar y la posibilidad de cerrarla a vehículos para fiestas cívicas y populares, mediante bolardos retráctiles. Se restauró el kiosko tradicional, las luminarias y las bancas originales introduciendo un sistema de iluminación artiística hacia árboles, fachadas y kiosko. Se restauraron las fachadas de los edificios históricos circundantes de la plaza, en particular el Museo El Centenario. Se diseñaron adoquines especiales con tonos y colores suaves. Se hicieron intervenciones fitosanitarias extrayendo árboles muertos o enfermos sustituidos por vegetación arborea de la región. La plaza es activada continuamente mediante un programa de actividades culturales, cívicas, música y un espectáculo multimedia sobre la fachada del Museo El Centenario.
3. Recuperar la memoria histórica, mediante páneles con mapas, textos, imágenes antiguas rescatadas de los archivos históricos. La restauración arqueológica realizada por el INAH de la “Caja de Agua”, un elemento simbólico y tutelar del origen del municipio y sus acequias de regadío, que alimentaban huertas y hortalizas. Se realizó la restauración de fachadas de casas y fincas antiguas colocando además fichas históricas, potenciando la riqueza arquitectónica del conjunto patrimonial.
4. En el aspecto ambiental y visual, mediante la inducción del cableado subterráneo de teléfonos, fibra óptica y televisoras, recuperando visuales limpias a montañas y arquitectura. Se intervinieron redes de gas y drenaje hidro-sanitario y la
repavimentación de calles y plazas con bases de concreto armado y adoquinado diseñado especialmente para el Casco Histórico. La plantación de árboles, jardines y maceteros, supervisadas por la Dirección de Medio Ambiente del municipio especificando plantas y árboles del ecosistema nordestense.
5. En el aspecto de activación económica, usos del suelo y atractivo a visitantes, el municipio ha creado políticas públicas para abrir negocios compatibles, cambio de uso del suelo y programas de eventos, ferias, seguridad y manejo del espacio público y privado.
El proceso para rehabilitar el Casco Histórico de San Pedro fue altamente complejo y requirió de un firme liderazgo de la municipalidad y una continua comunicación con todos y cada uno de los vecinos y negocios de las zonas de intervención. Surgen vecinos por oposición al cambio; las naturales molestias y afectaciones a la población residente durante la obra; y afectaciones a negocios pequeños.
Esta coordinación empieza con continuas presentaciones y juntas vecinales y con el involucramiento de las distintas áreas del municipio; con los diseñadores; con las autoridades como el INAH y la CFE, así como las áreas de agua, drenaje, gas y una multitud de empresas privadas de telecomunicaciones.
En síntesis, la regeneración integral del Casco de San Pedro ha mutado de un centro histórico insignificante, poco amable hacia los peatones, perdido en su riqueza escondida, a un sitio patrimonial; bello; caminable; fresco y verde; digno; atractivo para visitarlo y para vivirlo. Con unanime aceptación de la comunidad residente así como la apertura de nuevos negocios pequeños, restaurantes y solicitudes de nuevos residentes.