El Parque de la Liberación se inaugura en 1978, con una superficie de 27 hectáreas, siendo uno de los parques más extensos de la zona urbana de Guadalajara. Su función principal surgió por la necesidad de crear un Vaso Regulador de tormentas, pero al crearse diversas actividades recreativas y deportivas y forestación se convierte en un importante espacio público recreativo de la zona.
En 2017 se requirió ampliar la capacidad del Vaso Regulador, ante el inminente riesgo de inundación por la continua urbanización de las zonas aledañas. De esta manera se reconsideró el Vaso Regulador como un lago permanente recreativo, paisajístico y ambiental. Se hicieron intervenciones de poda y saneamiento sobre la intensa forestación existente y se localizaron zonas para juegos infantiles y estar familiares, zonas de día de campo, pérgolas, kioscos y baños.
Al crearse diversas actividades recreativas y deportivas y forestación se convierte en un importante espacio público recreativo de la zona.
Como intervención principal se rediseñó la gran explanada cívica reconvirtiéndola en una rambla o paseo arbolado, con plazas de acceso, zonas de estar, mobiliario urbano, una gran fuente interactiva y un embarcadero y mirador al lago que reestructura todo el eje principal del parque, dándole orden, claridad y belleza a la estructura peatonal.